Asís, a cuatro días de que empiece el invierno, está semi vacío. He tenido la suerte de poderlo recorrer sin prisas, subiendo y bajando escalones, metiéndome en todos los recovecos, volviendo sobre mis pasos, sin multitudes ni agobios. Me ha parecido un lugar muy íntimo y recogido, de gran plasticidad. Las brumas le dan una dimensión poética al paisaje, y se respira una serenidad muy especial. De las chimeneas sale olor a leña y de los obradores a delicias horneadas. Suenan los campanarios dando los cuartos, las medias, las horas. Hay religiosos y peregrinos, algunos grupos escolares y también simples turistas, pero todos nos fundimos con el ambiente y terminamos, más o menos conscientemente y aunque suene a tópico, siguiendo el lema de pax et bonum. Al menos por unos largos minutos.
Yo soy agnóstica. No creyente desde los 14 años. Pero mi primer colegio fue de monjas franciscanas. Aquellas buenas mujeres no estaban por cumplir el programa de Educación en plena Transición, y no me enseñaron casi nada (bueno sí, francés, porque eran de San Sebastián y lo hablaban bien). Pero las cosas de la infancia no se olvidan, y nos acompañan toda la vida. Y algo recuerdo de aquel colegio/convento... Entre otras cosas, que un día las sores se sintieron didácticas y nos organizaron un visionado de la película sobre la vida de su fundador San Francisco y su acólita Santa Clara. Lo que ellas no sospechaban es que "Hermano sol, hermana luna", de Franco Zeffirelli, es una adaptación libre que se toma muchas licencias. Y al día siguiente acudieron al colegio algunas madres indignadas, al clamor de: Es que la niña ha llegado a casa preguntando si los santos son novios!! El escándalo espantó a las pobres sores de tal modo, que a partir de entonces sólo vimos películas de Marisol, Rocío Dúrcal y Esther Williams como actividad cultural.
Este pueblo tiene mucho que ofrecer:
- Bajo la plaza principal aún existe el foro romano, bien conservado, que se visita en el subsuelo. En superficie queda, en el centro de la plaza, el templo de Minerva, intacto. Lo han fagocitado y reconvertido en la Iglesia de Sta María sobre Minerva. Pero sigue dando su elegante toque pagano al centro de la Piazza del Comune, uno de los poco sitios de Asís donde los poderes civiles no ceden protagonismo al poverello serafico.
- Domina sobre el pueblo la silueta de la Rocca Maggiore, una fortificación que lleva ochocientos años ahí plantada y que ha pasado por muchas manos y vicisitudes. Las vistas de todo el valle desde allí son espectaculares. Con su crueldad mental habitual, en la subida Miss Google me ha hecho sudar lo indecible conduciéndome hasta allí entre olivos y cipreses, pero por un camino de cabras. Tras recibir mis más sentidos insultos, en la bajada se ha comportado y me ha guiado por preciosas calles empedradas, limpias de pedruscos y de barro. Hija de punta. La tecnología, digo.
- La Basílica de San Francisco al parecer es el primer templo gótico que se construyó en Italia, tan sólo veinte años tras la muerte del santo. Los frescos y las vidrieras del interior no pueden ser más hermosos, y por fuera, tanto la iglesia inferior como la superior a mí me han parecido la perfección. Justo al borde comienza a extenderse un espacio natural llamado El bosque de San Francisco, en el que no me he adentrado, contentándome con ver el jardín. Siempre hay que dejarse algo por ver para una siguiente ocasión. Así es como se termina regresando a los sitios que nos han proporcionado placer.
Las pinturas que Giotto y otros artistas realizaron sobre la vida del santo son pura maravilla. Pero las que me han impresionado son las de Simone Martini, de quien nunca oí hablar, en la capilla dedicada a San Martín, el santo romano que regaló su capa a un pobre. Qué preciosidad.
- La iglesia de Santa Clara también es muy hermosa, aunque hay allí un detalle que encuentro inexplicable. Mientras la tumba del santo, tal como se exhibe en un ataúd cerrado, resulta totalmente coherente con su mensaje, la de Santa Clara en mi opinión no, porque la cripta no sólo contiene un catafalco marmóreo complicadísimo, sino que sobre la tumba han colocado el cuerpo incorrupto de la santa, con el rostro y las extremidades cubiertas de cera color carne, lo que le da una apariencia, siempre en mi opinión, cuando menos inquietante.
Notas:
- Los escaparates de Asís contienen gran variedad de creaciones de todo tipo, destacando las excelentes y refinadas cerámicas. Pero lo que más se ofrece, como es lógico, son los objetos relacionados con los dos santos locales. Reproducciones más o menos acertadas, y algunas de muy buen gusto. Lo malo es que otras no lo son tanto.
El Buddy Jesús, o Cristo Colega, es una figura de Jesucristo que te güiña un ojo y sonríe socarrón con la cabeza ladeada, mientras te señala con los dedos índice y pulgar extendidos a modo de pistola, el resto de dedos cerrados en puño. Un gesto muy americano que hemos visto en cientos de películas. Yo no soy creyente y no considero ofensivas según qué bromas. La vida de Brian es una de mis películas preferidas. Pero sí que soy consciente de que, en un lugar de peregrinación como este, muchos creyentes sí que pueden sentirse ofendidos en sus sentimientos religiosos. Y no veo la necesidad, la verdad. Contexto!
Otro artículo que está a la venta en todos los comercios, no termino de comprender por qué, son las reproducciones, ya sea como retrato o como figurita, o en pósters, camisetas, calendarios etc de Carlo Acutis, un quinceañero muy devoto que falleció de una leucemia fulminante. Primero fue beatificado y, desde este verano, santificado. Parece que su último deseo fue ser enterrado aquí. La parte de su historia con la que no comulgo (excuse the pun) es que la Iglesia, en una ceremonia de la confusión, exhibió su cuerpo dando a entender que estaba incorrupto, vestido con tejanos y zapatillas deportivas... pero luego la prensa descubrió que el cadáver había sido cubierto con una capa de silicona que le diera una apariencia "normal". Yo me ahorro los calificativos, pero no sé qué me sorprende más, si la manipulación del cuerpo de un pobre muchacho muerto antes de tiempo, o la fabricación en serie y a gran escala de todo tipo de artículos con su imagen. Se pretende atraer a los adolescentes del siglo XXI a la fe de esta forma? Demostrarnos que los santos no son cosa del pasado, y que debemos esperar un revival de las curaciones milagrosas por su intercesión? Las tan anheladas nuevas vocaciones surgirán de fenómenos como este? Ah, y qué pensaría il poverello de todo esto?
- Veo algunos peregrinos, pero dos de ellos en especial parecen unos de esos anuncios del antes y el después. Uno lleva gorro, capa, cayado de madera y mochila, todo nuevo y pulcro, como recién comprado. Tonalidad predominante: el gris de la felpa franciscana. El otro, lo que lleva es mucho barro seco pegado al pelo y a las zapatillas y una tienda de campaña plegable muy astrosa. Tonalidad predominante: el marrón de la mugre acumulada. Punto en común: largas barbas y cara de estar disfrutando de lo lindo.
- En la basílica hay una exposición sobre un escrito en pergamino que dejó el santo, llamado chartula. Son oraciones y notas dirigidas a uno de sus frailes. En los paneles se analiza el documento, de su puño y letra. El detalle que me ha divertido es que el fraile al que iba dirigido el escrito, y que lo preservó para la posteridad, se permitió corregirle al santo los errores. Es decir, que repasó la ortografía deficiente de San Francisco que, aunque hijo de un mercader local de telas enriquecido y de una francesa de Provenza (es decir, era bilingüe), no dominaba el latín escrito por no haber recibido una educación formal. Y hacía faltas de ortografía.
- La puerta de la iglesia superior de la Basílica está custodiada por dos soldados. Eso es corriente aquí. Lo que llama la atención es que portan la metralleta en ristre, con el dedo cerca del gatillo. Tanta pax y tanto bonum en el interior, para que al salir un detalle así te dé un baño de realidad.
- En el lugar donde nació, no sólo San Francisco, sino el pesebre/nacimiento/belén de su mano, yo esperaba ver menos Bebbo Natale (Papá Noel) y más Gesù Bambino. Hay en marcha un concurso de belenes organizado por el ayuntamiento, que se hace notar marginalmente en los escaparates, y un belén napolitano artístico. Pero en la megafonía de la calles comerciales sólo suenan los crooners americanos de Hollywood, y los carteles que anuncian las actividades para estas fiestas sólo hablan de coros de Gospel y de despliegues de tipos vestidos de rojo con barba blanca. La única presencia italiana es la de la Befana, la brujita que trae dulces a los niños el 6 de enero.
- Por lo que llevo degustado, olido y observado hasta ahora, Los dulces italianos están buenísimos pero, salvo en el Tirol, no son precisamente sutiles. Como los españoles, vaya. He merendado en el salón más cursi de todo Asís y los colorines eran para daltónicos. Con abundante relleno que se derrama y que es imposible comer en público conservando las buenas maneras. De tamaño familiar, según la especialidad. Los del sur, con mucho aceite. Eso sí, todos son deliciosos, irresistibles y te resuelven la cena.
Anecdotario:
- A punto de entrar en la Basílica, dan las diez de la mañana y el campaneo es tan llamativo que me paro a escuchar y contemplar el voltear de las campanas. El sonido se expande y nos envuelve a todos durante largo rato. Cuando finaliza, un monje que me había estado observando me para y me comenta que a él hasta se le han saltado las lágrimas escuchando, y dice no ser un hombre sentimental, pero claro, en este marco las campanas suenan de otro modo... Estoy de acuerdo, aunque mis ojos han permanecido secos. Luego se disculpa varias veces por pararme y por entrometerse. Au contraire!
- Nueva puesta de sol espectacular, y está vez busco otro punto en alto para recrearme en el colorido del tramonto. Según me acerco, veo una iglesia muy bonita al fondo. Cómo he podido saltármela en mis recorridos. Y parece grande, debe de ser importante... Está iluminada para la Navidad. Me suena de algo? Pues no. Pero cuando ya estoy enfrente, me doy cuenta de que se trata de la Basílica. Es la tercera vez que vengo, la segunda en el día de hoy... ay, esto de la niebla cognitiva es como empezar de cero a cada rato!
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