Notas adicionales de Agrigento:
- Los Templos griegos por sí solos justifican el viaje hasta aquí. Siempre que entro en un parque arqueológico temo encontrarme con un secarral polvoriento, lleno de piedras diseminadas por el suelo y con muchas cartelas que hay que leer forzando la vista bajo el sol, porque no hay casi árboles que den sombra por allí. Pues nada de eso aplica en el de Agrigento, o mejor Akragas. Las ruinas están rodeadas de una vegetación muy frondosa, con abundante arboleda (robustos ejemplares muy antiguos), arbustos mediterraneos, flores de todo tipo, chumberas, enormes cactus y yucas y hasta campos de tréboles entre flores silvestres. Hoy he visto los primeros almendros florecidos, y no me extraña porque en esta bendita tierra el invierno es primaveral. Hoy soplaba el viento y amenazaba tormenta, pero no ha hecho nada de frío. He podido ver mi paisaje preferido: un rayo de sol iluminando la hierba, que brilla más verde que nunca sobre un fondo negrísimo de nubes de tormenta. Faltaba el arcoiris para completarlo, pero es que sólo ha lloviznado.
Notas:
- Los Templos, sobre todo el de la Concordia, que está milagrosamente conservado tras 2500 años, son ahora tan majestuosos o más que cuando fueron construidos, porque ahora lucen sobrios y elegantes, y en cambio en su tiempo estaban policromados con colorines. No me puedo imaginar cómo sería entrar en el de Zeus Olímpico, con sus dimensiones descomunales sostenidas por atlantes monstruosamente gigantescos, y encima coloreados. Qué mezcla de temor y admiración debía inspirar en las gentes de entonces, si ahora, que estamos de vuelta de todo, aún lo sentimos. Ha sido un día mágico deambulando por todo el parque, que contiene preciosos jardines y otros edificios aledaños.
- Ayer tuve el privilegio de poder ver los templos iluminados en la oscuridad, porque el autobús que me devolvió a Agrigento desde la playa pasa por delante. De noche lucen todavía más hermosos.
- La Villa Áurea, una coqueta casa de los años 1920s, me ha encantado. Está dentro del recinto del parque arqueológico, y su historia es apasionante. Perteneció al capitán Hardcastle, un inglés retirado del ejército y aficionado a la arqueología, que se quedó allí de por vida para revitalizar y sistematizar las excavaciones, que estaban abandonadas. Gracias a él, se encontraron muchos restos valiosísimos que permitieron que los expertos reconstruyeran correctamente la historia del lugar. A veces tiene que llegar un extranjero que convenza a los nativos de que tienen que cuidar y valorar el tesoro que tienen delante de las narices.
El caso es que Hardcastle invirtió su propio dinero en comprar terrenos para ampliar las excavaciones, y al final se arruinó por completo cuando llegó el crack del 29. Se vio obligado a vender Villa Áurea al estado italiano, y parece ser que de resultas sufrió una depresión que primero le llevó a un manicomio, y más tarde a la tumba. Pero su figura no ha sido olvidada, y se le reconocen tanto su tesón como sus méritos. Hay un busto que le conmemora al pie de la escalinata de la que fue su casa. El edificio está muy próximo al templo de la Concordia, tiene unas vistas fantásticas del valle y el mar, y en su jardín hay una necrópolis paleocristiana, nada menos.
Anecdotario:
- Todos los raros de Agrigento se me han arrimado entre ayer y hoy. En la estación, esperando el autobús que baja hasta los templos, un tipo que todavía estaba muy colocado y muy sudado tras una noche de farra se ha empeñado en que teníamos que ir a bailar él y yo. Se ha puesto pesadísimo, encima quería que fuéramos a un garito llamado Tommasi di Lampedusa House. Como dicen los ingleses, añadiendo insulto a la injuria... Ciao, ahí te quedas.
Pero es que en el recinto del propio parque, uno de los guardias de seguridad a cargo del arco detector se ha empeñado en averiguar si yo iba sola, fingiendo maravillarse. Pobrecita de mí que estoy solita, cuando en cambio con él no lo estaría etc etc etc. Qué aburrido tiene que ser estar sentado todo el día viendo pasar bolsos en una pantalla. Ciao. Ciao, bella.
Yo creo que se sienten obligados a cumplir con el tópico, no por nosotras ni mucho menos, sino para vanagloriarse como buenos machos alfa... que en realidad son tirando a beta. Con lo que a mí me gusta que me dejen en paz y tomar yo mis propias decisiones, oyes.
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